|ETC.PE|: A Italia vs. Suiza las separan únicamente los Alpes, esa gigantesca maravilla geológica que conecta la Europa Central con la Mediterránea. Sin embargo, en la apertura de los octavos de final de la Eurocopa 2024, en el Estadio Olímpico de Berlín, a ambos países les separó un abismo.
Las dos escuadras se habían citado en el coliseo casi de mera casualidad: el minuto que les había sobrado a los helvéticos ante Alemania, fue el que necesitaron los transalpinos para cercenar a Croacia.
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Con esa disparidad temporal, quedaba por ver qué marcaría la diferencia: si la acometida de la navaja suiza o la firmeza del ‘catenaccio’. Y como de una cuestión de tiempo se trataba, tenía que ganar la nación del ‘Rolex’.
La solemnidad y la pasión con que vivieron los ‘tifosi’ el ‘Il Canto degli Italiani’, el emblemático himno nacional del ‘país de la bota’, no estimuló a los de Luciano Spalletti, que se vio obligado a hacerle un nuevo arreglo al esquema tras no haber conseguido dar con la tecla en las primeras tres jornadas -con el veterano Stephan El Shaarawy como invento más extravagante-, sino a sus no tan adorables vecinos.
Tras un comienzo de tanteo mutuo, bajo el intenso sol que lucía en la capital de Alemania, la ‘Rossocrociati’ tomó la iniciativa. Ante la parsimonia transalpina, dispusieron de las primeras aproximaciones, sin efectividad en la toma final de decisiones. Embolo la tuvo para romper el hielo al tedioso inicio, pero chocó con la interminable silueta de Donnarumma