|ETC.PE|: En Barranca abundan los que caminan promocionándose como candidatos, pero callan frente a los errores de una gestión municipal. Hablan de las bondades de la ciudad como si fuera novedad, pero no dicen una sola palabra cuando los ciudadanos son atropellados, cuando hay obras mal hechas o cuando la corrupción salta a la vista.
¿Cómo puede alguien que aspira a ser alcalde mantenerse en silencio ante tantas irregularidades?
Un verdadero líder no espera la campaña para aparecer con propuestas mágicas. El que no cuestiona cuando es vecino, no va a corregir cuando esté en el poder.
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Un candidato que no fiscaliza, que no se pronuncia, que no defiende a su gente, no es más que uno del montón. Y cuando llega la campaña, de la nada aparece como “el salvador”, como si tuviera soluciones en el bolsillo. ¡Increíble! De pronto se convierte en el mago que promete hacerlo todo.
Pero, ¿dónde estaba cuando los vecinos exigían agua, cuando se denunciaban actos de corrupción, cuando las calles eran invadidas por la informalidad sin control?
Un verdadero alcalde debe ser un líder nato:
🔹 Alguien que guía, que da ejemplo.
🔹 Que sepa dialogar y dar soluciones.
🔹 Que sepa levantar la voz cuando algo está mal, sin miedo.
🔹 Que tenga el valor de defender a su gente y buscar el bienestar común.
Un personaje que no sabe enfrentar los problemas, que no transmite seguridad ni empatía, que nunca se atreve a cuestionar el mal accionar de las autoridades, es solo un vecino más, un pobre tipo sin carácter.
Barranca no necesita más improvisados. Necesita líderes con convicción, con visión y, sobre todo, con coraje.
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