|ETC.PE|: El jirón San Ignacio se ha convertido en una auténtica vergüenza urbana. Entre aniegos, huecos y pistas destrozadas que parecen ruinas, esta calle lleva más de 20 años clamando por una reparación urgente que nunca llega.
Hoy, irónicamente, es una de las principales arterias de la ciudad: por ahí transitan a diario buses y camiones que embarcan y desembarcan pasajeros en el terminal de Buena Vista, conectando al norte y al sur del país. Todo ese flujo recae sobre una pista angosta y destruida, que además pasa frente a colegios como Fe y Alegría, Argos y Corazón de María, exponiendo a cientos de escolares y peatones a un riesgo constante.}
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Los vecinos ya han reportado múltiples accidentes. Aunque ninguno ha sido fatal, ¿es necesario esperar una tragedia para que alguien actúe?
A esto se suma el caos de las acequias que cruzan por las urbanizaciones Las Gardenias y Las Vegas. Sin limpieza ni mantenimiento, terminan atascadas de basura, rebalsando y generando aniegos que convierten el jirón en un lodazal. No es raro que los charcos de agua se mantengan días enteros, amenazando con desatar enfermedades.
Las denuncias se repiten una y otra vez: los vecinos han pedido el arreglo de la vía, la instalación de semáforos en la peligrosa intersección con la avenida Lauriama y, sobre todo, atención real de las autoridades. Pero la respuesta es siempre la misma: silencio y abandono.
El jirón San Ignacio, convertido en una “Panamericana” improvisada para el transporte pesado, sigue siendo una calle en ruinas, un recordatorio del olvido municipal y de lo poco que importa la seguridad ciudadana frente a la indiferencia de quienes deberían dar soluciones.
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[…] Las ruinas de «Luchito» Ueno: Jirón San Ignacio, una vía olvidada […]